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Stratholme

Encuentros

  • Cantachimeneas Forresten – La Matanza de Stratholme les costó la vida a innumerables personas cuyo único crimen era estar en la ciudad condenada. Un cantante y violinista ambulante llamado Forresten fue una de esas víctimas. Sigue vagando por la ciudad en la muerte, incapaz de aceptar su trágico destino.
  • Timmy el Cruel – Timmison era notorio por su crueldad en el campo de batalla. Hay quien aventura que su sadismo es consecuencia de las constantes palizas que recibía de niño. Ahora, reencarnado en monstruosidad de la Plaga, con la mente destrozada, esos recuerdos lo atormentan y lo conducen a responder al nombre que antes tanto odiaba: Timmy.
  • Comandante Malor – Malor y un puñado de valientes guerreros lo arriesgaron todo para impedir que el Bastión Escarlata fuera profanado por los no-muertos. Por desgracia, fracasaron. Balnazzar corrompió al valiente comandante y lo convirtió en uno de sus sirvientes. Ahora el fanático soldado no es más que una burla de sí mismo.
  • Willey Rompeesperanzas – Balnazzar disfrutó enormemente al apropiarse de las habilidades destructoras del maestro de cañones Willey en la muerte, hasta el punto de llamar Rompeesperanzas a su esbirro. Al Señor del Terror le gusta recordar que ha convertido a Willey y a otros miembros de la Cruzada Escarlata, que tanto odian a los no-muertos en vida, en sus esbirros involuntarios.
  • Instructor Galford – Hubo una época en la que Galford estaba orgulloso de cuidar de los documentos más valiosos de la cruzada, pero cuando murió, su última visión fue la de sus queridos libros ardiendo a su alrededor. Balnazzar se aprovechó de este doloroso recuerdo para otorgar a su sirviente el poder del fuego que consumió a Galford en vida.
  • Balnazzar – Balnazzar nunca ha probado la muerte verdadera, pero no es ajeno a la amarga derrota. Después de que el Cataclismo sacudiera el mundo, masacró a los miembros de la Cruzada Escarlata de Stratholme y los transformó en las criaturas no-muertas que antes odiaban. Ahora el Señor del Terror planea cómo vengarse de Azeroth.
  • La Imperdonable – Lylia era un adalid de la justicia para su gente. Cuando Arthas ordenó a sus tropas que purgaran la ciudad, su cordura se desmoronó al ver a cientos de inocentes morir a sus pies. Se lanzó sobre su propia espada para huir de la locura que la rodeaba, y ahora es un ser espectral cuyos actos imperdonables le han negado la absolución para siempre.
  • Baronesa Anastari – En vida, Anastari se hacía con lo que quería, sin importar el coste. En ese sentido, la muerte no la ha cambiado. Cuando su alma fue arrancada de su cuerpo, Anastari se convirtió en un alma en pena. Ha abandonado su amor por los objetos físicos en favor de un tipo de posesión mucho más siniestro.
  • Nerub'enkan – Nerub'enkan fue una guerrera temible durante la Guerra de la Araña. Al final acabó por sucumbir a sus heridas y fue resucitada en la no-muerte como esbirro obediente de la Plaga. Ahora esta nerubiana protege un zigurat de Stratholme con la misma ferocidad con la que defendió su hogar en vida.
  • Maleki el Pálido – Maleki fue uno de los primeros en unirse al Culto de los Malditos, donde demostró una aptitud formidable para dominar el frío de la tumba. El mago, motivado por una sed de poder insaciable, refina sin descanso su habilidad con la magia oscura para prepararse para su reencarnación en exánime.
  • Magistrado Barthilas – Barthilas se encontraba entre los inocentes purgados por Arthas y sus tropas durante la Matanza de Stratholme. Al cabo de un tiempo, el Rey Exánime alzó al antiguo magistrado de la tumba y le ordenó a la nueva monstruosidad no-muerta que custodiara su hogar en ruinas.
  • Ramstein el Empachador – Ramstein es una de las abominaciones más infames de la Plaga, un horror recompuesto a base de numerosos cadáveres e impulsado por un hambre constante. Este monstruo cometió atrocidades innombrables con infinidad de víctimas cuando las fuerzas de la Plaga tomaron Stratholme.
  • Lord Aurius Osahendido – La caída en desgracia de Aurius fue muy rápida. Después de fracasar en su intento de ajusticiar a su padre corrupto, el barón Osahendido, al antiguo paladín no le otorgaron paz en la muerte. Su tragedia es que lo convirtieron en un instrumento de la Plaga, el mal que había jurado derrotar.

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